viernes, 8 de noviembre de 2019

EL TIEMPO CINEMATOGRÁFICO I: ESTRUCTURA NARRATIVA

ESTRUCTURA NARRATIVA DE UNA PELÍCULA

Desde el momento en que se escriben el argumento y el guión literario hasta el montaje definitivo de los planos rodados hay una preocupación por dar a la película una estructura equilibrada y coherente, en la que los elementos narrativos y visuales de la historia se vayan desplegando, para conseguir entre todos un resultado donde nada sobre ni falte. Tradicionalmente se distinguen tres momentos en el desarrollo de la acción:
  • El arranque.
  • El nudo.
  • El desenlace.

EL ARRANQUE

Es el punto de partida, normalmente formado por una sola secuencia. En él hay que presentar los personajes, los escenarios y los problemas y conflictos sobre los que gira la historia. A veces su contenido es tan importante que se vuelve decisivo para la comprensión del resto. Tiene el reto de interesar al espectador desde el principio. Por ello tiene dos características diferenciadoras:
  • Carácter prácticamente visual, con muy pocos diálogos.
  • Tensión emotiva.

EL NUDO O DESARROLLO

Es la parte central, la más importante, la más larga y la que mayores exigencias plantea. Formada por varias se­cuencias, en ellas se desarrollan los problemas y conflic­tos presentados al arranque, desplegándolos en todas direcciones, con un aumento progresivo de la tensión.
El nudo culmina en un momento de corta duración de­nominado climax, en el que todas las líneas desarrolla­das se encuentran y concentran en una situación de fuerte tensión.

EL DESENLACE

Localizado a partir del climaxes el momento en que la acción, en un descenso progresivo de la tensión, camina hacia el final. Es también el momento en que aparecen los elementos más personales del relato ya que para en­tonces los personajes han desarrollado todas sus claves y el espectador tiene todos los elementos para comprenderlos. El desenlace puede concluir con un final cerra­do, en el que todos los problemas han quedado aclara­dos y resueltos, para bien -final feliz- o para mal. Pero también puede darse un final abierto, en el que todo o una parte decisiva quede sin resolver, siendo el especta­dor el que saque las conclusiones.
Las tres partes -arranque, nudo y desenlace- vistas has­ta aquí responden a la estructura tradicional, presente en la mayoría de las películas comerciales y series de TV. Sin embargo, cuando hablamos de arte hemos de tener en cuenta que las reglas están para, una vez conocidas, saltárselas.
Así nos podemos encontrar con películas que comien­cen por el desenlace -el personaje que va a morir y nos cuenta su vida en un largo flash-back-; películas con un segundo climax -contraclímax-, muy frecuente en las películas de Hitchcock; películas sin climax; etc.

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